Caminando por la Artiga de Lin
En el punto de
encuentro espero a los componentes de la excursión de hoy, son Andreu, Merche, Luís, Alex y Andrea, Francesca, Joan y Chang, Pepe, Montserrat y Robert, Mª Amparo, Miguel y Daniel.
Estoy super-contento de volver a encontrarme, un año más, con la familia Corral-Guardia, y ya son 10 los que vienen. Como no, con la familia Ortí-Roc Moon que no quieren ser menos y ya son 5 años.
“El geólogo Norbert Casteret tiñe de verde las aguas
del río para demostrar que nace a los pies del Aneto, desaparece en Aigualluts
y surge después en los Goueils de Jouéou en el valle de Arán.
Estoy super-contento de volver a encontrarme, un año más, con la familia Corral-Guardia, y ya son 10 los que vienen. Como no, con la familia Ortí-Roc Moon que no quieren ser menos y ya son 5 años.
Partimos con los
coches y, enseguida, pasamos por la población de Gausac. La carretera se
estrecha y, sin habernos dado cuenta, nos envuelven los arboles que confieren
el bosque del Baricauba y que a duras penas nos dejan ver el paisaje con los
pueblos de Vilac, Mont y Montcorbau.
Descubrimos una
tubería por la que baja el agua procendente de la Artiga de Lin y que sirve
para producir electricidad en la central de Benos.
Enseguida nos
paramos en una curva donde hay una piedra grande, denominada Roca de Serra. En
este punto, con las vistas impresionantes que tenemos, les descubro la cabecera del
valle dera Artiga donde el paisaje se llena de escarpadas montañas que otorgan
al lugar un gran ambiente de alta montaña. Entre ellas, encontramos la
Forcanada o el Malh des Pois, el Malh dera Artiga y la Tuca Blanca de Pomèro,
por detrás de estas destaca el Aneto, todas ellas delicias para los más
montañeros.
Continuamos el viaje con el coche descendiendo
hasta el fondo del valle y remontamos el río Joeu. Una vez entramos en el valle observamos una rica vegatación y
un sin fin de barrancos que vierten generosamente sus aguas al río.
Llegamos al aparcamiento, junto a la ermita de la Mare de
Dèu, cogemos las mochilas e iniciamos a pie la Ruta del Agua. El camino nos
lleva por un frondoso bosque y lleno de agua que surge de innumerables
rincones, es de una gran belleza.
Llegamos a la
“Hònt deth Gresilhon” que nos invita a parar y a refrescarse. Continuamos el
recorrido hasta que llegamos al Guardader der Aigua donde vemos como el agua
baja encañonada y con una fuerza impresionante.
El camino se inclina con dureza
enlazando con la excepcional surgencia de agua de los “Uelhs deth Joeu”. La
curiosidad de esta agua es que, al pie del glaciar del Aneto se encuentra el
Forau d’Aigualluts, un sumidero que por un sistema cárstico recoge las aguas de
fusión llevándolas subterráneamente hasta la Artiga de Lin dónde vuelven a ver
la luz como Uelhs deth Joeu, ojos de júpiter según los expertos.
“El geólogo Norbert Casteret tiñe de verde las aguas
del río para demostrar que nace a los pies del Aneto, desaparece en Aigualluts
y surge después en los Goueils de Jouéou en el valle de Arán.
“Avanzo
atento a descubrir la cascada muy cercana, todavía oculta por los pinos y las
hayas. De repente distingo parte de la enorme surgencia y siento como un
impacto: ¡le Goueil coule vert!. Me adelanto para verlo mejor y lo contemplo
con avidez; un sinfín de pensamientos me embargan: la fuente del Garona está en
la Maladeta. Después exteriorizo mi alegría riendo solo, me doy media vuelta y
me alejo corriendo. No tardo en llegar a la cabaña delante de mi madre: “¡Le
Goueil coule vert! ¡Le Goueil coule vert”
Remontamos
la surgencia por el lateral y vemos como el agua surge debajo de las rocas con
una fuerza bárbara hasta que, en la parte superior ya no hay más agua.
Salimos
a un camino más amplio que nos lleva al exterior del bosque y se nos abre un
paisaje sublime, situándonos debajo de las escarpadas paredes de las montañas
anteriormente mencionadas, es el Plan de la Artiga, izquierda y derecha. Nos
encontramos con pastos de altura donde las vacas pastorean o alimentan a sus
terneros.
Vemos
el nuevo refugio de la Artiga, desde donde parte el camino hasta la cascada de
Pomèro. Cascada en medio de un bosque de hayas y con una fuerza como belleza
increíble.
Ya
sólo nos queda regresar hasta el aparcamiento donde tenemos los coches. El
camino de vuelta nos sirve para platicar y comentar cosas propias de la
excursión o para conocernos un poco más.
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