ESTANYS DE GERBER

El día a amanecido gris después de haber llovido por la noche, la niebla estaba por encima de los 1300m pero con intención de despejar.
Los 5 participantes, Consol, Isabel, María, Oscar y Xavi, nos hemos dirigido hasta los 2070m que tiene la parte superior de la Bonaigua. Nos esperaba el sol y un viento fresco. Antes de empezar Isabel preguntaba si se ponía esto o lo otro, si dejaba o se llevaba.
EL cruce del joven riachuelo Bonaigua parecía el del Gran Cañón, ¡madre mía! la odisea para pasarlo.
Después de repostar agua fresca, mejor dicho, helada en la Fuente Matamoixons proseguimos camino. Era muy difícil tener cerca a la "fotógrafa", siempre había que esperarla, todo era motivo de fotografiar.
Hemos ido ascendiendo por los "intrépidos" caminos hasta el pequeño y seductor Estanyot de Gerber, situado entre bosque y una pared de roca, los valientes e intrépidos montañeros han superado la primera etapa. El cielo se esta poniendo amenazador.
Un pequeño repecho y nos situamos encima de la roca con una buena panorámica del estanyot, lugar ideal para fotografiarse.
El segundo lago, formado debido a la barrera de la antigua morrenas (lagos de morrena), es un paraje de ensueño. Ahora todos se convierten en fotógrafos. Tenemos un pequeño obstáculo que superar entre rocas debido a la cantidad de agua que tiene el lago y que inunda una parte del sendero. El cielo amenaza todavía más.
El Estany de Gerber cautiva a primera vista. Este gran lago circular, un gran ejemplo de lago "de circo", aprovecha la excavación producida en el circo glaciar. La forma de U de los valles constituyen un magnífico ejemplo de la acción erosiva de las glaciaciones del Cuaternario. Este valle es un buen ejemplo de "valle elevado o colgado".
No podemos permanecer mucho rato en el lago, justo el tiempo de hacer las fotos, empieza a llover y amenaza con hacerlo con más intensidad.
En el descenso descubro que ahora, cuando alguien se retrasa para "ir al lavabo", se se dice "he recibido una llamada telefónica". Prácticamente todo el descenso lo hacemos bajo la lluvia. En el Estanyot, aprovechando una pequeña pausa de la lluvia, bajo la protección de un pino, comemos y descansamos un poco hasta que empieza a llover otra vez, ahora con algo más de intensidad. A María no le importa nada meterse en los charcos, ya no va a mojarse más de lo que está.
Ya en los coches, unos comentan lo bonito, otros la dificultad del camino, lo cansada que está, etc, pero bueno, lo que vale es lo bien que nos lo hemos pasado.
Comentarios
Gracias por tu comentario. Me animan mucho. Ya sabes, no te quedes con las ganas de venir.