Con Kutxabank viajando al Plazaola
En pleno eje del antiguo tren del Plazaola,
el valle de Larraun conserva durante todo el año una vegetación verde y
frondosa, de cuarteados pastizales y bosquetes de castaños y robles que
alfombran el fondo del valle y espesos bosques de hayedos en sus alturas. Entre
esta geografía influenciada por el húmedo Cantábrico, un rosario de pueblos y
caseríos de vigorosa arquitectura quedan entrelazados por una red de senderos
que recoge lo más interesante de la zona.
Lekunberri
En la Estación del Plazaola se sitúa la oficina de turismo recordando que
desde esta localidad parte la Vía Verde del Plazaola, camino que recupera
el antiguo trazado del tren que unía Pamplona y Donosti-San Sebastián, por el
caminamos unos cuantos metros. La antigua estación del tren Plazaola, una
vez rehabilitada, se inauguró en 1998 y hoy en día es la sede del Consorcio
Turístico Plazaola y de la Oficina de Turismo de Lekunberri.
Entre Pamplona y Donosti-San Sebastián, enclavada en el centro del valle de
Larráun, en la falda de la Sierra de Aralar, descubrimos la bella
localidad de Lekunberri. Su caserío se distribuye en llano agrupado en
torno a la parroquia gótica del siglo XIII de San Juan Bautista. Núcleo de
arquitectura popular con casas de gran tamaño, construidos con piedras de
sillería, puertas de medio punto y ventanas dinteladas.
Después de la visita a la localidad, nos
desplazamos para conocer las entrañas ocultas de la Sierra de Aralar,
las cuevas de Mendukilo en la cercana
localidad de Astitz.
Según algunos
científicos, el subsuelo constituye el sexto continente, desconocido y
misterioso.
En Navarra, algunas cuevas están
acondicionadas y nos ofrecen la posibilidad de adentrarnos
en estos mundos profundos.
En le valle de Larraun, en el concejo de
Astitz, a pocos minutos de Lekunberri, surge la cueva de Mendukilo
que revela las profundidades de la Sierra de Aralar. Sus íntimos
secretos reservados a espeolólogos durante años, son ya accesibles al público
en general gracias a los trabajos de acondicionamiento llevados a cabo.
Por un lado, el recorrido turístico guía a través de una pasarela flotante
hasta el corazón oculto de Aralar. Utilizada durante siglos como establo, hoy
día tres de las salas de la cueva de Mendukilo están
acondicionadas para la visita turística gracias a la iluminación dinámica y a
un sistema multimedia.
Comimos en la cercana población de Astiz, un pequeño pueblo de 28 habitantes.
Por la tarde, nos desplazamos hasta Peru-Harri. Parque de la piedra
Es el museo que Iñaki Perurena ha
dedicado a la piedra en pleno monte. A 2 km. del núcleo urbano de Leitza, el dedo índice de una mano indica el
cruce hacia este espacio. Un lugar del Pirineo donde confluyen
piedra, reto, mito e historia y al que se accede por un arco de piedra caliza.
Un museo diferente en el que, de forma artesanal, Iñaki y su hijo Inaxio
narran la historia y la cultura a través de la piedra. Por una parte,
esculturas exteriores de gran tamaño como el gigante harrijasotzaile (levantador
de piedras) de 8 metros de altura y 40 toneladas. Por otra parte, un caserío de
piedra y madera de tres plantas en el que se distribuyen fotografías, ropa
usada en competiciones, recuerdos y sobre todo, piedras. Muchas piedras de
distintas formas, tamaños, pesos... Y cada una cuenta su propia historia.
La mejor forma de visitar este lugar es con guía. Pero no con un guía
cualquiera, porque en este museo los Perurena, propietarios y
creadores, serán también sus cicerones.
Iñaki Perurena es un polifacético
deportista que ha dedicado la mayor parte de su vida a la piedra. Famoso harrijasotzaile ha
revolucionado este deporte rural, mediatizándolo, innovando y rompiendo marcas.
Y ahora, ha creado este singular espacio en el que confluyen la piedra y el
hombre: cuando la trabaja, cuando la moldea, cuando la lanza, cuando la
convierte en deporte...
Después, nos acercamos hasta Leitza.
En el noroeste navarro, en un ensanchamiento del valle de Leitzaran,
y rodeada de montañas se extiende esta villa formada por barrios que abrazan
diversos caseríos diseminados. En el entorno abundan verdes prados donde pastan
ovejas y vacas, huertas cuidadas, caudalosos ríos o bosques tupidos. El
resultado es un bello lienzo que resume la idiosincrasia de este valle dominado
por el clima atlántico.
Resguardando el coqueto casco antiguo y visible desde numerosos puntos de
la localidad, se alza la iglesia de San Miguel. A sus calles asoman
grandes casas con tejados a dos aguas, balcones de madera y grandes aleros.
Tampoco faltan las viviendas con entramado de madera y los edificios de porte
señorial. A este tipo pertenece la Casa Consistorial. Un alzado en
piedra gris azulada con porche, terraza y escudo rococó.
Leitza destaca además por ser cuna de deportistas de renombre como
los pelotaris Abel Barriola y Onaitz Bengoetxea,
así como por su estrecha relación con el deporte rural. Una práctica que
pretende homenajear la vida cotidiana de antaño y los esforzados trabajos de la
tierra. Nombres como el de Mikel Saralegui o Iñaki Perurena son
recurrentes cuando se habla de harrijasotzailes (levantadores
de piedra).
Y últimamente muy conocida gracias al rodaje de la película "Ocho
apellidos vascos".
Para ver las fotos: AQUÍ.
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