LUCHON - SUPERBAGNERES - RUTA DE LAS CASCADAS

Después del día caluroso de ayer y de no haber dormido mucho por el fuerte viento, hoy el día es esplendido, soleado y con temperaturas normales del mes de julio.
Mientras nos vamos juntando los participantes de Portugal, Murcia, Levante, Madrid, Bilbao y Cataluña en el punto de encuentro, aparecen Covadonga y Javier para despedirse de nosotros y regresar a su casa. Les tengo que agradecer su compañía, no sólo la de estos días, también en alguna salida de raquetas el pasado invierno y el verano anterior. Buen regreso a casa, buenas vacaciones en Irlanda y espero veros pronto.
Con buenos ánimos nos desplazamos, por la bella carretera del puerto del Portillón, entre grandes abetos y hayas, hasta Luchon. Mientras descendíamos el puerto veía que no funcionaba el telecabina achacándolo a viento y pensaba, también, en un gafe.
Nada más llegar, reuno al numeroso grupo de hoy y, viendo que el telecabina continuaba parado, les señalo al gafe, en ese momento el remonte se pone en marcha. Nos dirigimos al telecabina, alguna con cierto temor, no sabemos si al remonte o al vértigo. Una vez arriba, en Superbagneres, disfrutamos de las vistas de unas cuantas montañas que superan los 3000m, entre ellas el Aneto, Maladetas, Cabriulles, Maupas, etc., todavía con mucha nieve, y el valle de la Pique. Realmente una bella visión.
Volvemos a tomar el telecabina para descender a Luchon. Una vez en Luchon nos vamos a los jardines del casino. Nos recibe la diosa de la Fortuna, un desnudo en bronce de una bella mujer. Más de una se acerca con decimos de lotería, cupones de la ONCE, etc. a frotarlos por las posaderas de la diosa. ¡Que reparta suerte! y acordaros de mi.
Después de pasear por los jardines, tanto del casino como del balneario, de ver y conocer los árboles, la historia de Luchon, hay un tiempo libre para pasear por la animada avenida llena de comercios y gente. Jordi, el benjamín del grupo con poco más de 2 años, pilla un berrinche tremendo al ver el tiovivo, Ramón, su abuelo, lo aleja del grupo y del carrusel.
A las trece horas nos desplazamos hasta el Vallée du Lys para realizar la ruta de las cascadas. Algunos componentes de la excursión nos dejan para seguir haciendo turismo por su cuenta.
Marc y Asun, de ocho y once años, no pierden paso detrás mío. Nada más empezar tenemos que superar 300m de desnivel por el bosque de hayas, a alguna se le atragantan, pero bueno, una vez superados nos detenemos a comer y recuperar fuerzas.
Atravesamos una gran pradera y nos adentramos en un bosque mixto de abetos y hayas tras atravesar un puente sobre una cascada y un pequeño cañón. Disfrutamos del sendero que nos conduce hasta el "Pozo del Infierno", una cascada que debe tener más de 60 metros de caída en el interior del bosque. La admiramos desde un mirador que hay a media altura, luego subimos a la parte superior para verla caer desde la altura y, a la vez, contemplar la vista sobre el valle de Lys y la pequeña y bonita cascada que hay un poco más arriba. No nos tenemos que olvidar de las "Allan Spielberg", que con sus cámaras de video no han dejado gota de agua sin filmar.
El descenso hasta el fondo del valle es muy bonito, pasamos por cascadas más pequeñas y rincones preciosos hasta atravesar un bosque de avellanos y llegar al aparcamiento.
Tres horas de cansancio y deleite, sobre todo cuando una parte del grupo se van al bar a tomar una "merecida"
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