LUCHON - SUPERBAGNERES - RUTA DE LAS CASCADAS
Portugueses, canarios, murcianos, valencianos, madrileños, manchegos y, como no, muchos catalanes. Con un día esplédido y con muchos ánimos nos desplazamos, por la bella carretera del puerto del Portillón, entre grandes abetos y hayas, hasta Luchon.
Nada más llegar nos dirigimos al telecabina, Manolo con cierto temor no sube, Rosa intenta superarlo y se anima a subir. Una vez arriba, en Superbagneres, disfrutamos de las vistas de unas cuantas montañas que superan los 3000m, entre ellas el Aneto, Maladetas, Cabriulles, Maupas, etc., todavía con mucha nieve. Vemos la carretera del Pto. del Portilhon que hace un rato hemos descendido y tambien las montañas del Valle de Arán. Disfrutamos de los parapentistas lanzándose pendiente abajo para abrir el parapente e iniciar el vuelo sobre nuestras cabezas y el valle de la Pique. Realmente un bello espectáculo.
Volvemos a tomar el telecabina para descender a Luchon. Comparto telecabina con Rosa y su marido -portugueses- comentándome las bellezas que se estan encontrando en el Pirineo, concretamente en el Valle de Arán.
Una vez en Luchon nos vamos a los jardines del casino. Nos recibe la diosa de la Fortuna, un desnudo en bronce de una bella mujer. Delante de ésta surge la conversación de que si las tiene..., el hecho es que alguno le toca un pecho, no sabemos si era para ver si estaba frió o firme. Son muchos y muchas que le tocan el pompis con algún tipo de lotería para ver si les trae suerte.
Después de pasear por los jardines, tanto del casino como del balneario, de ver y conocer los árboles, la historia de Luchon, hay un tiempo libre para pasear por la animada avenida llena de comercios y gente. Luchon es una afamada estación termal y de veraneo que tuvo su momento de máximo esplendor a finales del siglo pasado y primer tercio del siglo XX.
A las trece horas nos desplazamos hasta el Vallée du Lys para realizar la ruta de las cascadas. El grupo es muy numeroso y con ganas de disfrutar del entorno y con muy buen humor. David -11 años- siempre va a mi lado hechándome una mano con el grupo.
Nada más empezar tenemos que superar 300m de desnivel por un bosque de hayas, a más de uno se le atragantan y se van acordando de mí, como si yo hubiese puesto la subida, pero bueno, una vez superados, alguien pregunta, a los que llegan más retrasados, si se han encontrado un pulmón negro de fumador. Nos detenemos a comer y recuperar fuerzas. Tengo que resaltar a los cuatro murcianos por su disposición y agudeza humorística.
Iniciamos la marcha hacia arriba, parece ser que todavía hay ganas de subir, pero no... les hago bajar, parece que hay alguna confusión de interpretación. Atravesamos una gran pradera y nos adentramos en un bosque mixto de abetos y hayas tras atravesar un puente sobre una cascada y un pequeño cañón. Dudo que los canarios tengan suficiente capacidad en la tarjeta de la cámara de fotos. Disfrutamos del sendero que nos conduce hasta el "Pozo del Infierno", una cascada que debe tener más de 60 metros de caída en el interior del bosque. La admiramos desde un mirador que hay a media altura, luego subimos a la parte superior para verla caer desde la altura y, a la vez, contemplar la vista sobre el valle de Lys y la pequeña y bonita cascada que hay un poco más arriba. En el puente evito que Mª José se lance desde el puente cogiéndola de los tobillos. Es broma...
El descenso hasta el fondo del valle es muy bonito, pasamos por cascadas más pequeñas y rincones preciosos hasta atravesar un bosque de avellanos hasta el aparcamiento.
Eva y Lidia -8 y 10 años- no han parado de correr y pasárselo fenomenal. No puedo dejar de mencionar a Judit que, con sus cuatro años, se ha portado como una verdadera campeona haciendo toda la excursión sin que la hayan tenido que coger en brazos.
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