MINAS VICTORIA
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El día se ha presentado nublado y fresco aunque con intención de abrir. El grupo de participa antes numeroso, aunque no tanto como ayer.
La carretera que accede a Vilamós es sinuosa pero con vistas muy bonitas. A medida que ascendemos se nos presentan panorámicas sorprendentes incluso hoy que la nubosidad nos impedía ver las altas cumbres.
Nos hemos parado en el mirador para descubrir una de esas vistas, la del valle de la Artiga de Lin. Algunos de los participantes ya lo habían visitado, otros no, en cualquier caso les he explicado el fenómeno geológico de los Guelhs deth Jòeu, su procedencia y como se descubrió, la ruta por la Artiga y por el Bosque del Baricauba.
Seguimos ruta con el coche, después de pasar Vilamòs y Arres de Sus, tomamos la pista, en un principio asfaltada, hasta llegar a la bassa de Arres donde empezamos la caminata que nos lleva hasta las Minas Victòria.
Nos adentramos en el bosque de abetos . Las abetosas son las grandes dominantes del piso montano húmedo del Valle de Aran. La sensación en el interior de un bosque de abetos es de penumbra, de frescor, de silencio. Los árboles de porte alto y esbelto, crecen uno al lado de otro, formando una barrera para la luz del sol. Este ecosistema es el paraíso del urogallo, del búho pirenaico, del pico negro,...
Llegamos a las minas y, después de unas explicaciones, nos ponemos los cascos y los frontales para adentrarnos en la Galería Sacosta guiados por Oriol.
La Val d´Aran ha sido históricamente una zona de extracción de minerales. A comienzos del siglo XX se inicia la explotación del mineral de zinc en la zona de Arres y de Bossòst.
En el año 1912, la Mina Victoria ya estaba en plena explotación, extrayéndose alrededor de ochenta toneladas de mineral bruto por día, y se puso en funcionamiento un lavadero de minerales en Bossòst. En la mina trabajaban entre 100 y 150 personas, repartidas entre el interior y el exterior de las galerías.
Al estallar la Guerra Civil (1936-1939), se suspendieron los trabajos. En 1949 se reinició la explotación, prologándose hasta 1953, cuando la bajada del precio del zinc y la falta de mano de obra provocaron el cierre definitivo de las minas.
Salimos de la galeria y por un camino muy bonito, siempre en constante ascensión, llegamos a la "bassa" donde tenemos los coches.
Varios de los participantes que me han acompañado estos días parten mañana, nos hemos despedido con la ilusión de volver a vernos en próximas excursiones. Buen regreso.
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