LUCHON - SUPERBAGNERES - RUTA DE LAS CASCADAS


Con un día esplendido y con ánimos nos desplazamos, por la bella carretera del puerto del Portillón, entre grandes abetos y hayas, hasta Luchon.
Nada más llegar nos dirigimos al telecabina, alguna con cierto temor, no sabemos si al remonte o al vértigo. Una vez arriba, en Superbagneres, disfrutamos de las vistas de unas cuantas montañas que superan los 3000m, entre ellas el Aneto, Maladetas, Cabriulles, Maupas, etc., todavía con mucha nieve. Disfrutamos de los parapentista lanzándose pendiente abajo para abrir el parapente e iniciar el vuelo sobre nuestras cabezas y el valle de la Pique. Realmente un bello espectáculo.
Volvemos a tomar el telecabina para descender a Luchon. La persona temerosa baja en la misma cabina que yo, parece ser que debo mitigar el miedo..., eso si, no paró de hablar.
Una vez en Luchon nos vamos a los jardines del casino. Nos recibe la diosa de la Fortuna, un desnudo en bronce de una bella mujer. Delante de ésta surge la conversación de que si las tiene..., el hecho es que alguno le toca un pecho, no sabemos si era para ver si estaba frió o firme.
Después de pasear por los jardines, tanto del casino como del balneario,de ver y conocer los árboles, la historia de Luchon, hay un tiempo libre para pasear por la animada avenida llena de comercios y gente.
A las trece horas nos desplazamos hasta el Vallée du Lys donde realizamos la ruta de las cascadas. La media de edad de los participantes en esa marcha supera ampliamente los 50 años.
Nada más empezar tenemos que superar 300m de desnivel por un bosque de hayas, a más de uno se le atragantan, pero bueno, una vez superados nos detenemos a comer y recuperar fuerzas.
Atravesamos una gran pradera y nos adentramos en un bosque mixto de abetos y hayas tras atravesar un puente sobre una cascada y un pequeño cañón. Disfrutamos del sendero que nos conduce hasta el "Pozo del Infierno", una cascada que debe tener más de 60 metros de caída en el interior del bosque. La admiramos desde un mirador que hay a media altura, luego subimos a la parte superior para verla caer desde la altura y, a la vez, contemplar la vista sobre el valle de Lys y la pequeña y bonita cascada que hay un poco más arriba.
El descenso hasta el fondo del valle es muy bonito, pasamos por cascadas más pequeñas y rincones preciosos hasta atravesar un bosque de avellanos y llegar al aparcamiento.
Tres horas de cansancio y, sobre todo, de placer.

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